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Cuando el rey de Nínive se enteró de la noticia, se levantó del trono, se quitó sus vestidos reales, se puso ropa áspera y se sentó sobre cenizas. Entonces el rey dio a conocer esta orden a todo el pueblo:

«Por orden del rey y sus altos funcionarios:

»Ninguna persona o animal, ni ganado ni rebaño, probará alimento alguno, ni pastará ni tomará agua. Al contrario, que se cubran todos, hombres y animales, con ropa áspera. Rueguen a Dios con todas sus fuerzas. Deje cada uno su mala conducta y abandone la violencia que ha estado cometiendo.

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